Mensaje Ganador Defensor del año a nivel nacional 2O21

Miércoles, 22 Diciembre 2021

Mensaje Ganador Defensor del año a nivel nacional 2O21:

Julio Cesar LLuveres​
Defensor Público, Salcedo. ​

​Sería muy hipócrita de mi parte pararme frente a ustedes y decirles que producto de única y exclusivamente mi duro trabajo, he logrado estar aquí el día de hoy, sería muy hipócrita, porque no es cierto junto a mí a lo largo de estos 6 años dentro de la institución, han estado varias personas guiándome, apoyándome y enseñándome cada día algo nuevo. Por eso deseo agradecer aunque no pueda mencionarlos a todos por el tiempo no daría, A Marcia Ángeles, por creer en mí, mostrándome como dar mis primeros pasos y sobre todo tenerme tanta paciencia. A Cristino Lara, un hombre luchador comprometido con su trabajo, incansable, por guiarme todos estos años, mostrándome el camino, apoyándome, él se ha vuelto más que un jefe, en un tutor un amigo que siempre esta cuando se le necesita, realmente alguien a quien admirar. Como no nada de esto hubiera sido posible sin el gran equipo que integra y los que han integrado la Defensa de Salcedo y Macorís, ellos son mi familia, dando siempre su apoyo incondicional, mostrando el significado del trabajo en equipo, siempre dando más a los fines de brindar un servicio de calidad. Y he de agradecer a la persona que me motiva día a día a seguir esforzándome a crecer, a continuar a no de caer, a mi motor quien me impulsa y me anima, mi hija Emily Esmeralda, Te amo, no sé qué haría sin ti, gracias por siempre estar. Sobre todo agradecerle a Dios, quien me ha permitido llegar a este punto y conocer a todas las grandes que componen la Defensa Pública. Dicho esto, hay una pregunta que se ha repetido a lo largo de estos años. ¿Qué significa ser Defensor Público? La abogacía de oficio, cuyos orígenes desconozco, espéculo debió haber nacido de la indignación; indignación de alguna persona que pudo advertir la arbitrariedad de quienes en ese momento se encontraban en una posición de poder en contra de un indefenso, que si bien pudiere ser culpable o no del castigo que recibía, no se le permitía siquiera decir su versión de los hechos. Este servicio jurídico gratuito ha ido evolucionando a través del tiempo por la importancia y necesidad que reviste, a la luz de los errores y abusos judiciales e investigativos que han sufrido personas cuya ignorancia jurídica y falta de recursos para costear por asistencia técnica les ha imposibilitado evitar pagar, a veces con su vida, por delitos que no cometieron. Al inicio, la asistencia gratuita se percibía como el último y más precario de los recursos que tenía a disposición una persona. Hoy en día, por lo menos en la República Dominicana, la Defensa Pública es la primera opción para la gran mayoría de los usuarios de la justicia penal, no solo por la gran capacidad técnica que tienen los Defensores Públicos, sino porque a diferencia de cómo se veía antes al abogado de oficio, esta generación de abogados gratuitos está guiada por la empatía con cada asistido y su caso en concreto, nos duele su situación personal, sabemos ponernos en su lugar; por la honestidad, no le “vendemos sueño” a las personas, no le afirmamos que van a salir libres, pero le garantizamos que nos pondremos a su servicio para obtener el mejor resultado posible y le aseguramos que su caso será tratado con la misma rigurosidad y responsabilidad como cualquier otro sin importar la magnitud del mismo; por el respeto, actuamos siempre sin agredir la dignidad de la persona sin importar la situación en la que se encuentre, su condición económica, educativa, nacionalidad, orientación sexual, color de piel. Los defensores públicos lo somos mucho antes de pertenecer a esta hermosa institución. Yo veo abogados de oficio todos los días. Veo un defensor en el niño que protesta en contra del bullying a algún compañero; en los amigos que te defienden en tu ausencia; en todos los que dudan de las acusaciones sin pruebas, así vengan de un vecino o de la Procuraduría General de la República. Para mí, ser Defensor Público es ser la piedra en el zapato. Es esa molestia en el sistema de justicia, que aunque pequeña, no puede pasar desapercibida, debe ser tomada en cuenta. Esa piedra que les recuerda a los poderosos que tienen que caminar recto o de lo contrario les haremos incómodo el trayecto hacia la arbitrariedad, hacia los abusos. ¡Ser Defensor Público es indignarse cada día, no hacerse de la vista gorda, tomar acción, reclamar por otros como si fuera por nosotros mismos, por eso agradezco la Oficina Nacional de la Defensa Pública por la oportunidad de materializar mi deseo de aportar a una sociedad más justa, más equitativa en el plano judicial, y aprovecho, para despedirme, en invitar a mis compañeros Defensores a no perder la chispa, a nunca olvidar el pilar de la abogacía de oficio, la indignación, y así, como diría el veterano de la Resistencia Francesa, Stéphane Hessel, “Indgnez-Vous!”, Indígnense! Muchas gracias.